Las leyes de la naturaleza en un diagrama en forma de árbol

La Kabbalah se estudia con un Diagrama o Plano qué se llama el árbol de la Vida porqué es el sistema que contienen los mecanismos o el lenguaje de la naturaleza y a gran escala dicen, asi fue como Dios creó al Universo.

El cual tiene un Principio y obviamente tendrá un final o retorno y qué nosotros conocemos equivocadamente como muerte.
En el eje horizontal Bien-Mal, el movimiento entre ambos polos requiere un centro que sirva como punto de referencia. Una excesiva inclinación al igual que un déficit de esta energía hacia un extremo se traduciría en una pérdida de equilibrio.

Cuando el ser humano recibe la luz (Cielo) en la materia (Tierra), puede entonces despertar espiritualmente.

Es muy probable que sea por esta razón su prevalencia por muchos siglos y culturas.

El Árbol de la Vida tiene muchas similitudes con la evolución del alma y sus encarnaciones. Dicho Árbol, necesita tiempo para crecer, así como el hombre necesita tiempo para aprender.

Este Árbol encarna la renovación y el cambio con las estaciones. Muere en invierno para renacer en primavera. Si te fijas bien, la semejanza con el ciclo de encarnaciones de una persona es sorprendente. Así como la representación de su carta natal, representados en los senderos específicos que le ha tocado recorrer.

Por lo tanto, la finalidad es el despertar espiritual. ¿Por qué? Porque nos permite alcanzar nuestro máximo potencial. Lo cual es la realización última de nuestra esencia.

Es por ello que tarde o temprano, es la meta que todo ser humano está invitado a alcanzar.

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En conclusión, es un camino para aprender a reconocer nuestra verdadera naturaleza. Y de esta manera entender la misión vital que estamos destinado a cumplir.

Pero para los kabbalistas, el significado del árbol de la vida tiene en sí los misterios del desarrollo de la psiquis humana, a través de la historia el simbolismo de la trinidad o el triángulo sagrado  que siempre ha encerrado un gran misterio y que está relacionado con nuestro mundo subconsciente o , el mundo mental con su dualidad de mente-emoción y el mundo material o físico tal cual lo conocemos.

El árbol de la vida en su significado esconde el cómo caminar por los senderos de la vida con satisfacción y en la medida que se establezca coherencia en la relación de estos triángulos, se permite que lo que se origina en los planos superiores se refleje fielmente en el plano material.

Los 3 pilares o columnas en el Árbol de la Vida:

La  Columna derecha, de color blanco, llamada de la Misericordia.
La Columna izquierda, de color negro, llamada del Rigor.
La Columna Central, de color gris, llamada del Equilibrio.
Dichas columnas tienen los atributos de sus principales esferas:
– La columna derecha representa la energía y el espacio (Jokmah)
– La columna izquierda representa la materia y el tiempo (Binah)
– La columna central representa la consciencia (Kether)
El aspirante a evolucionar sería la columna central, y se coloca entre estas dos columnas, en el lugar central o medio donde se produce el equilibrio o armonización de toda dualidad a través del eje vertical invisible.

El eje básico del Árbol de la Vida
Arriba (Cielo) Abajo (Tierra)
Está representado en el Árbol de la Vida por las sefirot de Kether y Malkut, unidas por el llamado Sendero de la Flecha en el Pilar Central del Árbol.

En todas las tradiciones se considera este eje Cielo Tierra, y en muchas se representa como un árbol.

Además los árboles celestes o míticos aparecen invertidos. El árbol cuyas raíces están en el cielo y su copa toca la tierra.

En el árbol de la vida existen los siguientes ejes:
Ejes horizontales
Eje Jokmah-Binah: Polaridad Yin-Yang, Pasado-Futuro, Espacio-Tiempo, Energía-Materia.
Eje Jesed-Gevurah: Polaridad Bien-Mal, Expansión-Restricción.
Eje Netzaj-Hod: Polaridad aspecto emocional-aspecto mental.

Ejes verticales
Eje Kether-Malkut: Cielo-Tierra, Espíritu-Materia.
Eje Tiferet-Yesod: Individualidad-Personalidad, Yo Superior-Ego.

El Centro del árbol corresponde a la sefirá de Tiferet, el “sol de 8 rayos”, por los 8 senderos que confluyen en ella. El simbolismo del centro es también común a todas las tradiciones.

Por ser el punto de equilibrio, el Centro tiende a permanecer estable, equilibrado e inmutable, representando realidades tanto internas como externas, macrocósmicas y microcósmicas a la vez. El Centro es el punto donde los pares de opuestos son trascendidos y surge la armonía del equilibrio. No en vano Tiferet significa Belleza, y los conceptos de belleza y armonía van estrechamente ligados.

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El simbolismo del Centro está en las alegorías iniciáticas de todas las épocas y culturas.
«Si encuentras tu centro, encuentras el centro»
A eso se refería Jesús cuando decía que no buscáramos el Reino de los Cielos aquí o allí. “porque el Reino de los Cielos está dentro de vosotros”.

Las Polaridades:
El mundo emanado de la sefirá Kether se principia con una dualidad básica:
La polaridad en el Árbol de la Vida:
Las sefirot de Jesed como “bien” y Gevurah como “mal”.
La identificación de estos principios opuestos con Dios y Diablo es frecuente en no pocas tradiciones e ignora la unidad como principio fundamental de la divinidad.

Los gnósticos sostienen que “bien y mal son solamente opiniones, no son más que aspectos éticos de una antítesis natural”.
Para conciliar estos opuestos y restaurar la unidad original se introduce un Dios que une simbólicamente lo divino con lo demoníaco, lo bueno con lo malo, la vida con la muerte.

La polaridad manifestada en cada eje es necesaria para que exista cualquier manifestación de un fenómeno, comenzando por la vida, que requiere el principio energético femenino y masculino.
En “El Kybalión” hermético se representa como la Ley de Polaridad:
“Todo en la Creación es dual. Todo tiene dos polos. Todo tiene su par opuesto”.
Los opuestos son las dos caras de una misma moneda.

El árbol de Kabbalah

El movimiento de ascenso en el eje vertical Cielo-Tierra vendría siendo la Iluminación.
Mientras que el movimiento de descenso sería llevar el Cielo a la Tierra, o Kether a Malkuth, como se representa en el árbol de la Vida, la sefirá de Malkut es la morada de la Shekináh, la Presencia Divina de Dios en su aspecto femenino.

El significado del árbol de la vida está explicado por 10 esferas y 22 caminos o senderos indivisibles que unidos forman el número 32 que forma la fuerza creadora  de todo lo que existe a través del número 5 y que está formado a partir de la trinidad 3  (espíritu, mente y cuerpo) y el 2 de  la polaridad que origina todo lo que existe. Las 22 cartas del Tarot representan cada uno de los senderos por los cuales se camina en el proceso creador y las 10 esferas los pilares que hacen posible la manifestación en el plano material. Existe una esfera escondida con lo cual el numero 33 como ultima suma de este simbolismo energetico, desemboca de nuevo el doble tres. Numero de creación y 3+3 son seis que es el numero del amor, de la belleza y de la armonía.

El estudio del árbol de kabbalah se asimila no sólo aprendiendo los conceptos de su estructura, sino a través de la intuición. Esta es la revelación. Cada Sefirah simboliza una evolución y una actitud del humano y de la divinidad,  en definitiva un estado del Ser. 

Aprender el valor de cada una de esas manifestaciones, y saber conectarse con esas energías en absoluta libertad, de manera pura e inocente para poder asimilar sin intelectualizar esa enseñanza que le ira aportando mas conciencia en su propio entendimiento y manejo de sus propias energias psiquicas reprsentadas y repartidas por todo el árbol de la kabbalah.

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Posteriormente los 3 Triángulos.
El 1er. Triángulo (1,2,3), está formado por nuestra Esencia Superior o Naturaleza Psíquica es La Corona de nuestra Mente Universal (Kether) que se une a la Infinita Sabiduría (Chokmah) y al Entendimiento (Binah).
Allí se reúne la energía y da forma a lo que se manifestará en un Nivel de Consciencia.
Están unidas por tres senderos que son el del Creador que usa todos los elementos existentes para darle la forma, poseyendo todos los secretos de la energía del Amor y qué une en sus más altos ideales con el espíritu aventurero qué desea iniciar y liderar la forma qué se crea.

En el siguiente triángulo (4,5,6) se forma la moralidad constituida por las esferas de la Misericordia (Chessed), La Fuerza (Guevurah) y La Armonía (Tipheret). Estas nos rigen en cuanto a Principios Universales que dirigen a toda creación, en consecuencia, los senderos que unen estas tres emanaciones es la balanza sagrada de la Perfecta Justicia que guarda los secretos para vencer la fuerza de los instintos que ya se manifiestan.

En un Nivel sutil (Parapsíquico) se le da forma y se lleva a cabo a través de la Misericordia y La Fuerza que nos impulsa.
Está regida por los principios de armonía. En consecuencia, el resultado es un fiel ejemplo de lo que existe a un Nivel Superior, en este triángulo se da origen a los pensamientos, anhelos e ideales. Allí se expresa nuestra mente y toma la decisión de andar en la balanza de la dualidad, donde siempre se puede elegir hasta lograr el balance interno con el equilibrio entre nuestra Fuerza Emocional y la Fuerza Psíquica.

La triada mágica (7,8,9), es la unión de la Victoria, la Gloria y el Fundamento, es aquí donde definitivamente la idea se concreta eligiendo a través del plano Emocional y Mental. Una vez establecido un Objetivo (Hod), debe dinamizarse o energizarlo con la motivación suficiente para que llegue a plasmarse en lo físico, y ello se produce con el Trabajo Emocional o Astral (Netzach).

Una vez unido lo mental y lo emocional, el objetivo empezará a tomar una forma específica en el Mundo Etérico (Yesod), hasta que por fin trascenderá para plasmarse en la esfera del Reino (Malkuth), el mundo físico.
Caminando por los senderos donde se puede sentir paz al estar llenos de la luz de nuestras creaciones, recibiendo la recompensa que se merece, cristalizando la visión de lo que se ha creado anteriormente, produciendo de esta manera la unión alquímica que se proyecta en el Plano Material. Pasando de esta manera  a través del Plano Emocional o Mental al Plano de la Consciencia, formando la personalidad del ser humano representada por (Malkuth) o décima esfera.

El significado del árbol de la Vida es un sistema que permite evitar que se disperse en nosotros la Actividad Espiritual y si se profundiza en él ,  se aprende a sembrar semillas fértiles para   saborear el fruto de su cosecha, adquiriendo el Equilibrio y la Armonía de los Triángulos Sagrados en nuestro interior.

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El Árbol de la Vida o Árbol de los Sephirot se despliega desde arriba hacia abajo, desde la Corona (Kether) hacia abajo al Reino de la Tierra (Malkuth).

En cada Sephirot hay un aspecto del Potencial de todo el Árbol de la vida, en la semilla de un Fruto se encuentra el Proyecto de otro Fruto y así sucesivamente.
Cada Centro tiene su existencia pura y única en sí mismo, pero a su vez contiene la esencia de todos los demás Centros de Vida. Cada Centro es un Microcosmos y los Senderos son los Microcosmos.

Para los kabbalistas, el significado del árbol de la vida tiene en sí los misterios del desarrollo de la psiquis humana, a través de la historia del simbolismo de la trinidad o el triángulo sagrado que siempre ha encerrado un gran misterio y que está relacionado con nuestro mundo subconsciente o, el mundo mental con su dualidad de mente-emoción y el mundo material o físico tal cual lo conocemos. El árbol de la vida en su significado esconde el cómo caminar por los senderos de la vida con satisfacción y en la medida que se establezca coherencia en la relación de estos triángulos, se permite que lo que se origina en los planos superiores se refleje fielmente en el plano material.
Existen grabados Antiguos del Árbol de la Vida con una Serpiente enroscada (Nechustan) en el Pilar Central, símbolo de Iniciación y Sabiduría.

El esquema original define:

10 Centros de Manifestación
10 Emanaciones de la Divinidad
10 Arquetipos de los cuales se puede establecer una vía de conocimiento tanto del Microcosmos como del Microcosmos.

Éstos 10 Centros de Energía y Vibración nos permite acercarnos a una visión de la Perfecta organización cósmica, refleja la unidad y la pluralidad al mismo tiempo. Nosotros somos uno y cada uno de esos atributos mostrados en el árbol de la vida, nos definen en cada una de sus esencias y esto da lugar a miles de potencialidades qué se derivan de un atributo principal.

Cada uno de los 10 Sephirot tiene su polo positivo y su polo negativo, su lado interno y su lado externo. Cada uno simboliza una evolución y una actitud del ser humano y de la Divinidad.
Asimilando los conceptos de esa Estructura mediante la logica y la Intuición se alcanza la Revelación.
No basta con aprender el Valor de cada una de esas Manifestaciones, es necesario conectarse con esa Energía de manera personal, pura e inocente, para poderlas asimilar, dejando de lado el intelecto.

Esa enseñanza expande nuestra conciencia para transformarla en Amor.
En Muchos capítulos referidos al ETZ HATIM, en el Sepher Yetsirah o Libro de la Creación, dice:
Son 10, no 9 son 10, no 11, 10 no más.
Dejando muy claro qué en el Esquema Original se definen 10 Centros de Manifestación.

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Evolución e Involución en el Árbol de la Vida en la kabbalah

Existen en el devenir del Espíritu dos movimientos que siguen dos direcciones opuestas:
El descenso del Espíritu hasta la materia, y el ascenso de la materia hasta el espíritu, ambos igualmente importantes y ya reconocidos por Platón, quien hablaba de la manifestación del Uno en múltiples formas, o del movimiento ascendente que conduce a dichas formas hasta su fuente, el absoluto.

El movimiento ascendente representa la evolución de la materia hacia el espíritu, mientras que el descendente sería la involución del espíritu en la materia.

En el ciclo de involución se manifiestan sucesivamente los 4 Niveles de manifestación y se va descendiendo por el árbol, adquiriendo cualidades cada vez más diferenciadas y densas hasta llegar al mundo físico tal como lo conocemos.

El movimiento de evolución sería en cambio el retorno a la fuente a partir de Malkut, sería dominar este plano y trascenderlo. En psicoanálisis se conoce como sublimación.

La gran metáfora evolutiva de la Kabbalah es el ascenso del alma por el árbol de la Vida, contribuyendo al Tikún Olam, el plan espiritual de evolución del mundo.
Para ilustrar esto tenemos dos elementos simbólicos a veces representados en el árbol:
El Rayo Relampagueante, o Kav que como una espada de fuego recorre en zigzag el Arbol hasta “tomar tierra” en Malkut. Es el “Descenso del Poder” o movimiento de Involución, la manifestación de la Divinidad de lo más sutil a lo más denso hasta llegar al plano material.
La serpiente Najushtan, que hace el movimiento inverso de Evolución recorriendo desde Malkut todos los senderos del Arbol hasta llegar a Kether.

Es interesante reseñar que Najushtan es una palabra derivada de נּחשׁ (najas), cuyo significado es precisamente serpiente.
La relación de esta palabra con Satán שׁטן puede comprobarse por las letras que comparten: shim ש y nun נּ.

En el Caduceo de Hermes, vemos cómo energías contrarias y por ende, cualquier par de opuestos, en el caso del Caduceo representado con dos serpientes, se unen por la acción de un eje central que las concilia, las ordena y las trasciende.

kabbalah- tarot

Mediante la complementación de los contrarios puede irse evolucionando a través del eje hasta que esa dualidad es integrada por la función polar del eje mismo, que trasciende los opuestos.

El significado del árbol de la vida está explicado por 10 esferas y 22 caminos o senderos indivisibles que unidos forman el número 32 que forma la fuerza creadora  de todo lo que existe a través del número 5 y que está formado a partir de la trinidad 3  (espíritu, mente y cuerpo) y el 2 de  la polaridad que origina todo lo que existe. Las 22 cartas del Tarot representan cada uno de los senderos por los cuales se camina en el proceso creador y las 10 esferas los pilares que hacen posible la manifestación en el plano material.
El balanceo de las Fuerzas de La Luz y la Oscuridad. Entre la Mente y el Cuerpo Físico posibilitan el Equilibro exacto para ascender hacia la Unidad
Desde la física cuántica también puede establecerse un interesante paralelismo: el fotón se comporta como onda o partícula según el observador: onda, como energía, partícula, como materia, y el observador representa naturalmente al testigo a la consciencia.
He aquí los 3 ingredientes básicos de los que está formado el universo.

El árbol de la Vida es también una escalera que conecta el cielo con la tierra. Cada nivel de manifestación tiene su propio árbol, que se encadena al siguiente.
El árbol de cada mundo crece a partir de la estructura del anterior, el flujo que conecta todo lo que existe, está presente en todo lo manifestado.

El alma requiere estar conectada a todos los niveles.
Existen 4 niveles de manifestación:
físico o material, emocional, mental y espiritual.
Los distintos árboles que se corresponden a estos niveles se unen desde dos sefirot: Kether y Tiferet.

– El Kether del nivel físico es el Tiferet del nivel emocional,
– El Kether de este nivel es el Tiferet del nivel mental,
– El Kether de dicho nivel es el Tiferet del espiritual.
Tiferet es siempre el Centro del árbol, mientras que Kether es su Corona.

El movimiento es continuo en ambas direcciones, de involución, hacia abajo y evolución, hacia arriba. En sintesis es el concepto de sublimación.

Las barreras del árbol de la vida
En el ascenso evolutivo del hombre hacia su origen, representado en el árbol por Kether, se presentan tres barreras que simbolizan obstáculos a superar, y que se asocian a tres sefirot: Yesod, Tiferet y Daat. 

Estas barreras son:

Queshet : el Arco Iris . A la altura de la esfera de Yesod.
El arco iris es un velo, del mismo modo que el “yo personal” o ego, representado por Yesod.

La identificación con el ego, impide ver los aspectos mentales y emocionales que lo rigen, representados en las esferas de Hod y Netzaj, la mente concreta y las emociones, respectivamente.

Para poder ver esto debemos situarnos en Tiferet, y ahí se encuentra la siguiente barrera:
Parojet : El Velo del Templo. A la altura de la esfera de Tiferet, que es el Centro de la Individualidad o Yo Superior o también el Centro Crístico.

A partir de esta frontera comienza el mundo supra mental y retirar este velo requiere superar la “prueba del Amor”, entendido este no solo como un sentimiento, sino como un estado del ser. Una integracion completa.

“La naturaleza del amor es no ver la diferencia”

El Velo del Templo separa pues el nivel personal del transpersonal.
Teham : El Abismo. A la altura de la “no esfera” de Daat, o esfera del Conocimiento.

Esta es lo que separa la Unidad, representada por la Triada de las Raíces, del resto del árbol en el que reina la dualidad, representada en su nivel más elevado por la dualidad de las esferas de Jesed y Geburáh,
Misericordia o rigor, expansión o limitación, y en definitiva: “bien” o “mal”, tal como nosotros lo interpretamos.
Esta es la frontera que nos separa del paraíso. Es superar la dualidad, la última y más grande dualidad a superar, es la separación de sujeto-objeto. En psicoanalisis será habitar integramente la realidad que hemos co-creado.

Por encima del Abismo se encuentra el único sujeto: la Divinidad, o, si se prefiere, la Consciencia.
Muy pocos consiguen traspasar esta frontera, (darse cuenta de sus mecanicismos sin comprednder por que y despertar a la conciencia) y los que lo hacen y comen el fruto de Daat: el Conocimiento, ciertamente se convierten en Maestros.

Elisah Suárez es Maestra de Kabbalah y Tarot desde hace mas de una decada. Realiza lecturas personales de tu mapa de vida a través del cálculo con la numerología de kabbalah  y el árbol de la Sefirot.

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