Ejercicio de meditación y visualización creativa con el árbol de La vida y piedras naturales
Este es un ejercicio muy poderoso y efectivo que puedes hacer para manifestar tus sueños y tus deseos y recrear de una manera tangible tu nueva vida hasta que se materialice en el plano de la realidad material.
Manifestando tu vida desde el corazón todo lo que tú mente deseo, pensamiento, sentimiento y acción… Sabiendo que es lo que te frena, para llegar a ese resultado. Es una forma de auto convencerse de la realidad que quieres vivir.
El árbol de la vida es la tecnología de creación de realidad, una especie de “impresora 5D de realidad”.
Es uno de los símbolos más poderosos de la kabbalah y su forma explica el funcionamiento del alma, de la evolución del ser y de la creación, tanto a nivel individual como a nivel colectivo.
Las piedras naturales y más aún con forma de obelisco con seis caras, amplificará y proyectará de una manera efectiva la intención de nuestros pensamientos y sentimientos a la hora de meditar y visualizar.
Con este ejercicio donde recrearemos con nuestras manos el mantra del árbol de la vida junto con una punta de piedra natural, activaremos nuestro poder personal.
Colócate en una postura cómoda y coloca tus manos con tu obeliscond de piedra natural a la altura de tu corazón como lo muestra la imagen y visualiza en tu mente todo lo que deseas materializar, y deja que el poder y la magia del árbol de la vida actúe sobre el mundo de las manifestaciones.
Inhala y exhala con ritmo acompasado reconociendo tu respiración y unificándola con los latidos de tu corazón hasta que integres tu pensar, tu sentir y tu hacer.
Permanece así por 22 min cada día durante 7 días. Después puedes incluir 7 días mas y finalmente otros 7 días para culminar. Hasta completar 21 días. Pasado ese tiempo y si has sido realmente disciplinado veras resultados en tu realidad. La idea aquí es auto convencerse de tus nuevas creencias sobre la nueva vida. También deberas comprobar como trascurre tu día a día y si vuelves a tener dudas sobre las nuevas creencias que estas integrando, o sobre los nuevos resultados que quieres ver reflejados en tu realidad. La mayoría de las personas no llegan a ese nuevo paradigma por falta de convencimiento, esa es la clave principal.
¿Conoces la inmensa sabiduría que posee el árbol de la vida?
Debes primero comprender que el universo en el que vivimos es fractal y holográfico.
Esto significa que la información ya existe en el todo, y viceversa.
Es decir, la información de esa posibilidad del todo está también en cada una de sus partes.
¿Cómo se materializa este concepto? Pues haciendo que cualquier elemento de nuestra Realidad, indistintamente de su forma, tenga la misma estructura y esté construido a partir de un mismo patrón.
En cada parte de la realidad subyace el mismo patrón básico. Todo es lo mismo en cuanto a niveles de información de creación, pero se materializa en distintas escalas o formas.
Esto es esencial para que entiendas los secretos que esconde el árbol de la vida ya que es el patrón o la representación que explica cómo se crea la realidad a través de la unión entre los mundos espirituales (los mundos sutiles o de energía) y el mundo físico (el mundo de la materia).
Hacer este mudra mientras meditamos incluyendo además una piedra natural con forma de punta, nos ayudará significativamente a amplificar y proyectar todo lo que estamos en ese momento emanando, anclando a su vez arriba y abajo. Es por ello, que las puntas generadoras son tan poderosas para trabajar con ellas.
En la Kabbalah, la realidad está formada por 4 mundos. Los 3 primeros, forman parte de los mundos espirituales o energéticos y el último, hace referencia al mundo físico o material:
Estados de la creación:
El mundo de la Emanación: Atzilut
El mundo de la Creación: Briah
El mundo de la Formación: Yetzirah
El mundo de la Acción: Assiyah
Para la Kabbalah, todo lo que vivimos en el plano físico es el resultado directo de lo que proviene de los mundos espirituales.
El árbol de la vida representa esta unión y por ello, podemos decir que es el arquetipo que muestra el mecanismo de generación de la realidad.
Si además, tenemos en cuenta que vivimos en una realidad holográfica, sus principios se aplican tanto a nivel micro como macro. Es decir, desde lo más infinitamente grande (como una galaxia) a lo más pequeño posible (como una célula o incluso una partícula subatómica).
Esto significa que se representa a la vez en la realidad Interna y la realidad externa de cada individuo que interactúa con otras fuerzas de la naturaleza, otros seres y distintos tipos de eventos, paradigmas o escenarios.
Como todo es lo mismo, pero a diferentes escalas, el árbol de la vida nos enseña que cualquier elemento que se modifica o actualiza en el alma del ser humano tiene un efecto en todos los universos, y viceversa.
De tal forma que, activando tu poder en tu interior, producirás un impacto tanto en la realidad que experimentas, como en el universo en sí mismo.
Así de trascendentes son cada una de tus acciones.
Los 4 mundos que componen el árbol de la vida están estructurados en diferentes dimensiones llamadas Sefirot. En total son 10 Sefirot representadas el árbol de la vida.
En su representación gráfica se dibujan como esferas, de las cuales 9 hacen referencia a los mundos espirituales y solo una, la última, al mundo físico.
Cada una de ellas es un recipiente de energía y conjuntamente permiten la materialización de la conciencia divina desde su estado más intangible a una forma física.
Es decir, para crear una manifestación primero se forma en el mundo sutil que representa casi la totalidad de la realidad, es decir un 99% frente a 1% que representa la materia. Es la misma teoría que explica la física cuántica. Podríamos describir también el árbol de la vida como un árbol al revés: sus raíces están en el cielo y sus frutos se recogen en la tierra. Eso sí, como cualquier otro, sus raíces están ocultas a simple vista, correspondiendo a los mundos espirituales, y en este caso provienen de la energía inteligente más pura que existe.
Todo lo que vivimos en el mundo físico nace de los mundos superiores y, por lo tanto, las Sefirot, son transformadores y condensadores de energía.
Sus nombres son los siguientes, ordenadas de la más alta a la más baja, escrito en hebreo y transliterado al español con su traducción:
Kéter (Corona)
Jojmá (Sabiduría)
Biná (Entendimiento)
Jesed (Bondad)
Guevurá (Fuerza)
Tiferet (Belleza)
Netsaj (Victoria)
Hod (Esplendor)
Yesod (Fundamento)
Maljut (Reino)
Distribuido en este diagrama (de arriba a abajo y de derecha a izquierda):
En general, las emanaciones ubicadas a la derecha están asociadas con la misericordia, y las que se encuentran a la izquierda con el rigor.
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El poder de las piedras naturales
Como es bien sabido las piedras naturales son equilibradoras de frecuencias ya que poseen una vibración propia que hace que nuestros centros de energía se equilibren y se ordenen a la frecuencia adecuada. Desde la antigüedad hasta el día de hoy se han ido utilizando para diferentes fines. Utilizar una piedra en forma de punta hexagonal no solo equilibrará y ordenará las frecuencias, sino que amplificará y anclará tanto los pensamientos y sentimientos en el mundo de lo sutil.
Punta de Cuarzo: Como un profundo limpiador del alma, conectando las dimensiones físicas con la mente. Espiritualmente, eleva la energía al nivel más elevado posible. Trasmuta energía, equilibra y amplifica todo lo que estemos pensando y sintiendo.
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Fluorita amarilla: Cambia el estado de ánimo a positivo, nos da enfoque de ideas, ayudando a generar en la mente pensamientos positivos. Fomenta la energía de la mente racional y la mente intuitiva.Aporta tranquilidad, paz interior y refuerza la fuerza de voluntad.
Amatista: Nos proporciona protección y comprensión. Nos guía por procesos profundos del ser relacionados con lo emocional. Nos aporta claridad mental y buen juicio. Nos anclará a nuestro sexto chacra. Nos descarga de carga emocional.
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Jaspe oceánico orbicular: Indicadas para energizar el cuerpo y aportarle una dosis de vitalidad. También se asocian a la limpieza ambiental, a la protección y al enraizamiento. Llevan a buen término nuestras ideas y proyectos personales. En función de sus colores dará cierto magnetismo a la frecuencia que tenga. El color verde nos ayudara a conectar con nuestro centro y amplificará nuestro sentimiento.
El jaspe orbicular nos comparte mucha fluidez para confiar en los procesos personales y la confianza de lo que estamos llevando a cabo.